Y el mérito es todo de ellos...
Fueron quienes se bancaron las cargadas, los malos humores de un chofer que nunca se quejaba, pero tampoco se conformaba...
Los de los abrazotes en parque cerrado cuando el Sapo Pepe no se rompía, los de los nervios al límite cuando el piloto no se equivocaba y los resultados (modestos, pero resultados al fin) se daban para el lado del trabajo y el tesón...
Y como muchísimas veces el mísero pilotín no llegaba a juntar el dinero para ir a la próxima, de alguna forma lo juntaban ellos...
El Diez es de ustedes, sin duda.
Yo sólo disfruto de vuestra amistad...
(Y trato de sobrevivir!!!)
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